Introducción
En los últimos años, se han aprobado en todo el mundo nuevas leyes que soportan las firmas digitales y electrónicas como medio de autenticar datos y transacciones electrónicas. La “US e-Sign Bill “, firmada por el anterior presidente de los E.E.U.U. Bill Clinton y la directiva de la UE para firma electrónica son dos ejemplos de esta tendencia global.
Las organizaciones han sido reacias a saltar al carro de las firmas digitales debido al coste y a la complejidad asociados a las soluciones típicas de PKI. Aunque las firmas digitales ofrecen una reducción inmediata en papeleo, costes de manipulación y de archivo, la tecnología ha llegado a ser asociada con despliegues muy lentos, alto costo y dificultad de gestión para despliegues más allá de los 100 usuarios.
El Libro Blanco de la Firma Digital basada en PKI
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